Hubo lío con la cuenta, quisieron cobrar el agua, que estaba incluida en el menú y tengo la impide que también nos tangaron el café. Si no fuera por estas cosillas sería maravilloso pero esto hizo que el final no fuera el ideal. El otro aspecto a mejorar es que sirvan la comida algo más caliente.
Eso en la parte positiva, la negativa vino por la noche donde hasta las 2:30 gente irrespetuosa (por no llamarles alguna animalada) estuvieron haciendo ruido con sus cochazos en infinidad de viajes, tengo la impresión de que la chusma esa tenía una parada en frente del portal o cerca del mismo donde ofrecían viajes en coches de alta gama y cilindrada. Cada 20 minutos llegaban, estaban con el motor ronroneando, aceleraban, se daban una vuelta volvían. Y ahora mismo, al día siguiente ya empiezo a escuchar otra vez lo mismo y cruzo los dedos para que no siga la misma tónica.
Las horas que estuvieron impidiendo el descanso sirvieron para odiarles, para idear formas de acabar con la plaga de inmundicia, de gentuza impresentable. Como decía un conocido; incinerar. Por no alargarme no voy a reproducir lo que me pasó por la cabeza pero no hubo nada bonito. Me da mucha rabia que haya gente así, y que toda la zona donde estamos sea zona de pago desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la madrugada, con inspectores que comprueban si deben multarte y que se permita el derroche de ruido. Asqueroso. Obviamente no pienso volver a esta apartamento ni a dormir por esta zona. Ojo que es la zona VIP de Estoril, justo entre el Casino y la playa.
Justo ese día había cerca un barco de guerra, que pena no haber pedido practica de tiro al cabrón hijoputa.
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| Barco de guerra |
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