lunes, 19 de febrero de 2024

Una de comida japonesa



Esta vez vamos a hablar de algo más sabroso. De comida japonesa concretamente. El finde estuve en un japonés de buffet, de esos que pides platos hasta reventar y luego pagas la tarifa, que no varía. Da igual que comas mucho o poco que la cartera se resiente lo mismo.

Pues bien, hacía mil años que no iba a un sitio de estos, creo que la última vez fue en Brasil, donde íbamos mucho a restaurantes de este tipo. Normalmente de una calidad más que aceptable. Creo que en el blog de Dos Años en Sao Paulo ya lo menciono en alguna ocasión.

El caso es que me habían hablado bien del restaurante (Urrea) y me apetecía probarlo así que allí nos plantamos. El proceso es sencillo, se pide por tandas de una carta muy grande con muchas posibilidades. Cada tanda puedes pedir hasta 5 platos por comensal, lo que está muy bien para ir testando los límites y lo que te apetece a continuación. Eso sí, ojo con pedir y no comer que lleva penalización económica.

Nosotros empezamos con entrantes, ensalada de pulpo y wacame. La de pulpo ya no formará parte de próximas visitas, el wacame sí. Es una maravilla la textura y el sabor de esta alga. ¡Qué gran invento llevarla a un plato!

Después algunos fritos como rollitos, pollo albardado japonés, sashimi, sushi, temaki, makis y más cosas que me dejo.

Y ya llegados a este punto, aflojando el cinturón, pasamos a unas brochetas de pollo y unos langostinos a la plancha y cerramos con un arroz y un yakisoba.

En general, muy bien. Alguna pijadilla que me gustó menos, como el uso del queso filadelfia en algunos platos que acabamos rascando, la mencionada ensalada de pulpo. El sushi salía muy frío, pero se dejaba que templara y quedaba con una textura muy agradable y sabroso, tanto el de atún de 2 colores y el de salmón.

Como punto a tener en cuenta, la salsa de soja que ponen es muy salada con lo que hay que limitar el uso de la misma a riesgo de hacer el plato incomible. Aprendimos después del primer remojo. La próxima ya vamos aprendidos.

Eché en falta Shimeji, no había en la carta y estas setas a la plancha eran un must en Brasil. Riquísimas.

Creo que volveremos, quedó mucho por probar y el precio no está mal (sobre 23€ persona en fin de semana, agua aparte).

Dejo algunas fotos, no hice de todo porque al principio me pudo el ansia.

 



Apréciese el queso encima.


¡Que aproveche!


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